De Pablo Guerrero se podría decir que es un poeta y cantautor extremeño que reside en Madrid desde hace muchos años y cumplir el expediente.
Pero Pablo es un meteorólogo de la libertad. Un pronosticador de deseadas lluvias que nunca llegaban hasta una dictadura árida y seca.
Su canción "A cántaros" se convirtió en un himno, en una plegaria pagana, para todos aquellos que luchaban para que terminara la "larga noche de piedra" que dijera en gallego el poeta.
Pero Pablo Guerrero es mucho más que la sombra de una canción guardada, como los panfletos, bajo la trenka. Pablo Guerrero es un gran poeta, un soberbio músico y, para los que tenemos algunos años, porque "A cántaros" cumple 40, el más extremeño de aquello que se llamó "nueva canción madrileña".
Pero Pablo es un meteorólogo de la libertad. Un pronosticador de deseadas lluvias que nunca llegaban hasta una dictadura árida y seca.
Su canción "A cántaros" se convirtió en un himno, en una plegaria pagana, para todos aquellos que luchaban para que terminara la "larga noche de piedra" que dijera en gallego el poeta.
Pero Pablo Guerrero es mucho más que la sombra de una canción guardada, como los panfletos, bajo la trenka. Pablo Guerrero es un gran poeta, un soberbio músico y, para los que tenemos algunos años, porque "A cántaros" cumple 40, el más extremeño de aquello que se llamó "nueva canción madrileña".
Sus dos maravillosas y mágicas intervenciones en el homenaje, junto al gran Luis Mendo...
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